Ser mujer y afrodescendiente, el desafío de erradicar estigmas en Latinoamérica


La Paz, 26 Jul. (Prensa Jorge Medina).-
Para el activista por los derechos de los afrobolivianos, Jorge Medina, es
necesario erradicar los estigmas que pesan sobre las mujeres afrodescendientes,
que todavía se encuentran en un contexto adverso para gozar y reivindicar sus
derechos y libertades, no sólo en Bolivia, sino en toda Latinoamérica.
Si bien, comentó Medina, Bolivia
entró en una transformación política, social, económica y cultural luego del
ingreso de Evo Morales a la presidencia del país, en 2006, ésta aún no ha
permitido que las mujeres estén libres, por ejemplo, de violencia o
discriminación. Los casos continúan y persisten.
“Se notan y se sienten los
cambios a favor de la mujer, pero todavía hay violencia y maltrato, lo vemos casi todos los días por los medios de comunicación. Pero, además, las mujeres no tienen el suficiente acceso a salud  o
a espacios de poder. Si se suma el hecho de que una mujer, además de serlo, es
afrodescendiente, otros estigmas como el racismo o la discriminación se suman y
hacen inviable el goce de derechos”, declaró Medina.
La reflexión de Medina por
mejorar las condiciones y oportunidades para las mujeres afrodescendientes se
da con motivo del Día Internacional de la Mujer Afro-latinoamericana,
Afrocaribeña y de la Diáspora que se celebra cada 25 de julio.
Con motivo de esta fecha, la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) hizo un llamado a los
Estados a erradicar los discursos estigmatizantes hacia las mujeres
afrodescendientes y adoptar medidas concretas para prevenir, eliminar, prohibir
y sancionar todos los insultos raciales abusivos y discursos de odio, los actos
y manifestaciones de carácter racista y discriminatorio hacia este grupo.
La Comisión ha observado con preocupación que, en el
hemisferio, actualmente persisten diversas formas de discriminación y de
violencia étnico-racial agravadas hacia las mujeres. En particular, la CIDH
observa la amplia y preocupante diseminación de discursos estigmatizantes que
generan la objetificación, sexualización e inferiorización de las mujeres
afrodescendientes como resultado de procesos históricos de esclavitud,
colonialismo, explotación y exclusión social de este grupo. Estas prácticas se
traducen en el incremento de casos de violencia física, psicológica, sexual e
institucional hacia las mismas.
“Los Estados deben adoptar acciones que fomenten la
capacitación de sus funcionarios, la sensibilización de la sociedad civil y la
promoción de los derechos de las mujeres afrodescendientes. Los programas y
políticas públicas para ese objetivo deben contar con la participación de las
mujeres afrodescendientes en su diseño, ejecución y monitoreo, considerando la
necesidad que tengan un rol activo en el combate a la discriminación y
misoginia que les afecta”, se lee en el pronunciamiento de la CIDH.

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