Las claves del exitoso modelo de lucha antidroga de Bolivia


La
Paz, 15 Mar. (Prensa Jorge Medina).-
El 
exdiputado y activista por los derechos de los afrodescendientes, Jorge
Medina, desglosó algunas claves que hacen del modelo boliviano de lucha
antidroga un éxito en comparación con otros modelos aplicados en Bolivia por
gobiernos neoliberales.

Las
claves, que fueron compartidas ayer por el presidente Evo Morales en el 62 período
de sesiones de la Comisión de Estupefacientes de la Organización de Naciones
Unidas (ONU), que se realizó en Viena, Austria, tienen que ver con los
siguientes puntos:

1.
Concertación

Medina
destacó que a diferencia de otros gobiernos, en el actual, la base de la
erradicación de cocales ilegales es la concertación entre la Fuerza de Tarea Conjunta
y las organizaciones campesinas y de productores que se dedican al cultivo de
la hoja milenaria.

2.
Respeto a los derechos humanos

El
respeto por los derechos humanos de los productores es primordial a la hora de
las tareas de erradicación, puesto que no prima la violencia, sino el diálogo.

3.
Desarrollo integral

Desde
la asunción del presidente Evo Morales se promovió una política para el
desarrollo integral de los productores del trópico de Cochabamba y de los Yungas
de La Paz, a los que se les permite cambiar de rubro económico-productivo para
que dejen de cultivar coca y puedan, por ejemplo, dedicarse al cultivo de
frutas.

4.
Respeto a los usos tradicionales de la hoja de coca

La hoja
de coca no se cultiva desde tiempos ancestrales para la producción de droga,
sino que su uso en el país es medicinal, además de otros usos. Ello también se
vio reflejado en la reserva de la Convención de Viena sobre la despenalización
del acullico que promovió el Gobierno.

5.
Industrialización

Como medida
para destinar la hoja de coca a otros fines, el Gobierno promueve la
industrialización de esta planta para fines medicinales y comestibles.

Participación
de Morales en Viena

Morales,
en su participación en Viena, se refirió a que cuando llegó al Gobierno, en
2006, heredó un modelo antidroga «ajeno» a la realidad boliviana que
no tomaba en cuenta el uso tradicional y medicinal de la hoja de coca, por el
contrario, estaba criminalizada y estigmatizada. Indicó que la política
antidroga estaba orientada a «reprimir» a los productores de coca y
fue un mecanismo de control geopolítico, se promovió el desarrollo alternativo,
pero condicionado a la erradicación total del arbusto.

Además,
recordó que la política antidroga fue una «imposición» de Estados
Unidos, pues la Ley 1008 que regía ese ámbito llegó en inglés y existía
injerencia en las decisiones, incluso en el nombramiento de autoridades de la
Policía.

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