El diputado destacó la aplicación de la Ley Contra del Racismo en las instituciones públicas, privadas y en los medios de difusión. También resaltó la inclusión de indígenas en el nuevo Órgano de Justicia
“Varios decían que era una ley mordaza, que se iban a cerrar los medios de comunicación. Estamos a un año de la promulgación de la ley y no se ha cerrado ni un solo medio”.
Hace más de un año que el presidente Evo Morales promulgó la Ley Contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación, que estipula sanciones en contra de aquellos que agreden a las personas por su color de piel, apellido o estatus social.
Para el diputado Jorge Medina, uno de los principales proyectistas de la norma, ya se pueden ver algunos resultados positivos en la lucha contra el racismo, aunque aseveró que aún falta mucho para lograr que en el país no exista más esa clase de conductas.
El parágrafo 2 del artículo primero aclara que la norma “tiene por objetivos eliminar conductas de racismo y toda forma de discriminación y consolidar políticas públicas de protección y prevención de delitos de racismo y toda forma de discriminación”.
—¿Cómo ve la aplicación de la ley antirracista luego de más de un año de su promulgación?
—Hemos cumplido un año de la promulgación de la ley. Varios medios de comunicación han salido a las calles diciendo que era una ley mordaza, que se van a cerrar los medios de comunicación. Estamos a más de un año y no tenemos ningún medio cerrado.
Estoy contento porque todas las instituciones, tanto privadas como del Estado, están aplicando en todos sus reglamentos y contratos la Ley 045 y eso es muy beneficioso para el país.
La gente está empezando a denunciar los actos de discriminación de racismo, entonces nos hace dar cuenta a los bolivianos que hacía falta una ley que ponga orden en este país para que seamos más tolerantes con nosotros mismos.
—¿Disminuyó realmente el racismo en Bolivia?
—El racismo no va a disminuir de la noche a la mañana, sabemos que es un proceso a largo plazo y es un proceso de educación. Hay gente que está mentalizada y será muy difícil de cambiarla. Recordarán la canción, “árbol que nace torcido, nunca el tronco endereza”. Pero yo creo que cuando la gente comprenda que hay diferentes culturas en el país, eso va a hacer que empiecen a respetar a todos.
Sin embargo, se ha visto el cambio de actitud en mucha gente, duele pero sabe que hay una ley que no le permite insultar o no le permite tratar mal a las personas entonces es bueno, porque todos y todas nos tenemos que acostumbrar a la norma y más que eso, aprender a respetar.
—¿Sobre su aplicación en el nuevo currículo en las unidades educativas?
—Llena de emoción. Como proyectista (de la norma) uno se siente feliz porque te das cuenta que tu trabajo no ha sido en vano, el aporte de los diferentes sectores sociales tampoco ha sido en vano, se está aplicando, ya forma parte del currículo educativo y al año se está arrancando con eso.
Ya los profesores se aproximan a mi oficina preocupados buscando la ley para leerla y conocerla profundamente. Eso significa que realmente se ha hecho un gran avance en el país. Educando a los niños y jóvenes, tengo la esperanza de que en unos 10 ó 15 años tendremos otra Bolivia, donde todos, más allá de las costumbres y tradiciones que tengamos, nos vamos a respetar como bolivianos.
—¿Cómo se ha visto esta aplicación en los medios de comunicación?
—Algunos medios que han salido en protesta ahora difunden la ley. Yo veo que están difundiendo artículo por artículo, están hablando sobre esta norma, entonces es un avance muy positivo.
Antes, muchos hermanos que negaban su idioma tenían miedo de hablar, ahora se los ve en la tele, en la radio, hablando de manera segura en aymara, quechua. Antes era casi un delito hablar en los medios con nuestros dialectos originales y la gente, por no ser discriminados por terceros, se ocultaban. Muchos medios que escuché, la gente ya se expresa abiertamente.
Veo también mujeres de pollera trabajando en diferentes instituciones, a nuestro hermano presidente tenemos hombres de mujeres y polleras.
—La ciudadanía eligió a nuevas autoridades judiciales, entre las que están incluidos el sector indígena, entre otros, ¿cómo ve esa situación?
—Cabe recordar que el proceso de cambio no es solamente del presidente Evo Morales, sino es de todos los bolivianos y bolivianas. Es un gran avance que hombres con abarcas estén dirigiendo la justicia en Bolivia. Hay que dar la oportunidad a aquellas personas que lo merecen. Yo confío en ellos porque están con muchas ganas de trabajar y hacer el bien por el país.
Tiene que ver mucho esto en el proceso de cambio que perdurará en todos los bolivianos. Esta ley permite también que nuestros hermanos indígenas del oriente y del occidente, afrobolivianos y otros, puedan ser parte de estas instituciones de la justicia, cumpliendo por supuesto los requisitos que se piden, ser profesionales y abogados capacitados.
Estamos empezando a refundar el país, a cambiar las cosas, que los que nunca tuvieron oportunidades, ahora la tengan. Ya no van a estar en las paredes de las cortes superiores de justicia sólo apellidos como Marinkovic, etc., ahora habrá apellidos como Quispe, Mamani, en las paredes, con polleras, sombreros, ponchos, así como es nuestra Bolivia.
Es un gran avance y estoy seguro que habrá muchos cambios más, que se suban al carro porque no se van a quedar solos.
Han cuestionado además la capacidad de estas autoridades y vale la pena recordar que la capacidad de una persona no pasa por su color de piel, por su apellido, ni porque hables muy bien español o inglés. No se puede medir las capacidades de nadie, no se puede juzgar a nadie. Nuestras autoridades van a hacer un buen trabajo y si no lo hacen, el pueblo los juzgará. Esta Bolivia es de todos y de todas y para todas. Este proceso de cambio dará este tipo de resultados, donde todos seremos parte de todo.
—¿Qué elementos hacen falta para materializar la aplicación de la ley en contra del racismo?
—Nos falta conocer más de cerca la norma, que los medios de información nos apoyen, expliquen el objetivo de la ley. Eso nos falta, que la gente la conozca, que sepa que no tiene que discriminar, que sepa donde tiene que demandar a quienes discriminen, hablar más de la ley y los avances de este proceso de cambio.
—¿Existe un mayor nivel de conciencia respecto de este tema?
—Primeramente, nadie puede decir “somos discriminados pero no discriminamos”, entonces de alguna forma inconsciente, pero siempre caemos en el error de discriminar a una persona. En ese sentido, todos tenemos que empezar a ser tolerantes, nadie es libre de cometer errores. La gente puede decir ‘no, yo no discrimino’, pero a veces no es así. Nos tenemos que educar absolutamente todos.